
Director de coro, pedagogo y compositor, Dawid Ajzensztadt (David Eisenstadt) nació en 1890 en Nasielsk (Polonia) y fue asesinado en Treblinka en 1942, tras la liquidación del gueto de Varsovia por los nazis. Este disco de 33 rpm, publicado en 2024, le rinde homenaje al revivir por primera vez parte de sus obras.
David Eisenstadt
Tras ser director de coro en Berlín, Gomel, Riga y Rostov del Don, David Eisenstadt asumió la dirección del coro de la Gran Sinagoga de Varsovia (calle Tłomackie) en 1921. En esta monumental sinagoga, con capacidad para casi 2000 personas, dirigió durante casi 20 años un coro compuesto por unos 80 niños de entre 9 y 13 años y una veintena de hombres.
Además de los oficios religiosos, este coro, que rápidamente adquirió gran notoriedad, ofrecía conciertos de música profana y grababa para la radio polaca. En la Gran Sinagoga, el coro iba acompañado de un armonio, aunque numerosas fuentes mencionan también el sonido de un órgano.

En 1935, el coro actuó en el estreno mundial de la ópera «Dybuk», del compositor Lodovico Rocchi, con libreto de Shalom Anski. Esta producción, aclamada por la crítica musical, consagró a David Eisenstadt en su papel de promotor de la música judía. Además, fue uno de los fundadores de la Sociedad de Música Judía y coautor del «Algemajner muzik-leksikon», una serie de libretos concebidos como una enciclopedia musical judía. Solo se publicaron los tres primeros números, ya que el estallido de la guerra interrumpió las publicaciones posteriores. En 1936, Eisenstadt se convirtió en director de la escuela de cantores del Instituto de Música de Varsovia. Según Leon Błaszczyk, también dirigió los coros de la Sociedad para la Promoción de la Educación y la Cultura Judías («Szul-Kult»), de la Kultur-Lige y, durante un tiempo, del Coro Grossner de la organización Zionist Bund. Compuso la música de la obra «Golem» de Halpern Leivick, que se estrenó en 1928.

La contribución más famosa de Eisenstadt a la popularización de la música judía fueron sus conciertos anuales, a los que asistía toda la comunidad musical de Varsovia. La casa de Eisenstadt estaba impregnada de la cultura judía europea y del renacimiento nacional judío. En ella se escuchaban melodías de Schubert, Mendelssohn y Schumann, así como obras de Zavel Kwartin y Yossele Rosenblatt.
Tras el inicio de la ocupación alemana de Varsovia, Eisenstadt habría considerado huir a la Unión Soviética, pero permaneció en la capital siguiendo el consejo de su esposa. En el gueto, la familia vivía con dificultades, pero Eisenstadt continuó con su actividad artística. En el teatro Femina, en la calle Leszno, fundó una orquesta sinfónica, en la que su hija Marysia Ajzensztadt (Miriam Eisenstadt) desplegó todo su talento. Más tarde se la recordaría como el «ruiseñor del gueto». David Eisenstadt también dirigió un coro de sinagoga cuando, en mayo de 1941, las autoridades alemanas autorizaron la apertura de tres sinagogas en el gueto.
Los últimos momentos de la familia Eisenstadt fueron descritos por Jonas Turkow: «Cuando los soldados alemanes separaron a Miriam de sus padres en el Umschlagplatz y obligaron a David Eisenstadt y a su esposa a subir a otro vagón, Miriam corrió a buscar a sus padres. No quería separarse de ellos en las últimas horas de su vida. Miriam ya estaba en la puerta del vagón cuando una bala alemana la alcanzó. El convoy partió de Umschlagplatz hacia Treblinka, donde David y su esposa fueron asesinados en la cámara de gas.
Sus obras
Aunque generalmente se cree que las obras de Eisenstadt no han sobrevivido, varias de sus composiciones se han conservado y aún se siguen descubriendo otras nuevas. Algunas han sido recopiladas y publicadas por Israel Alter, un cantor de Johannesburgo, bajo el título «L’Dovid Mizmor». Entre ellas se encuentran: «Hajom haras olom», «L’choh dodi», «Shom’oh vatismah tsiyon», «L’eineinu oshku amoleinu» y «Sh’chuloch achuloh», compuestas para cantor con acompañamiento de teclado o para coro a cuatro voces. Las partes del cantor son de gran virtuosismo y las partes instrumentales y corales, igualmente elaboradas, dan testimonio de la evolución del lenguaje musical sinagogal durante la primera mitad del siglo XX.

Estas composiciones no son las únicas que han sobrevivido. En 2011, se descubrió en Ciudad del Cabo un manuscrito de la cantata de Eisenstadt «Chad Gadya», inspirada en el canto del Séder de Pésaj. Eisenstadt se la había enviado a Froim Spektor, que había emigrado a Ciudad del Cabo en 1928 para convertirse en el cantor principal de la nueva comunidad judía. La cantata consta de cuatro movimientos: el primero es un Allegro scherzando; el segundo, inspirado en motivos talmúdicos, es un Andantino; el tercero, un Largo, describe una lucha entre el Ángel de la Muerte y el shochet; el cuarto describe el triunfo de la justicia sobre el mal.
Entre sus otras obras conocidas se encuentran la cantata «Iz awek cum krig der melech» (Y el rey partió a la guerra), inspirada en un poema de Maria Konopnicka traducido por Abraham Reisen, así como cantos corales en yiddish y piezas sinagogales para el sabbat y las fiestas. Eisenstadt se inspiró tanto en estilos folclóricos tradicionales como en formas conocidas de oratorios y cantatas. También compuso obras orquestales, entre ellas la «Suite hebrea». Este repertorio sigue siendo en gran parte desconocido, y es probable que aún queden por descubrir otras obras del compositor judío más importante de Varsovia.
Este disco de 33 rpm, Music of David Eisenstadt, impulsado por la Fundación SPOT.ON ART, ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de la República de Polonia. El Ensemble Match Match, con Wojciech Parchem (tenor solista) y Jakub Stefek (armonio), está dirigido por Lilianna Krych.
Por último, cabe destacar que el IEMJ ha proporcionado dos partituras de Eisenstadt procedentes de sus colecciones para este disco.

Fuentes:
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