Emile Jonas (1827-1905), de la sinagoga portuguesa en la Guardia Imperial, pasando por la opereta

por Jacobo Kaufmann

No es raro que la notoriedad de un compositor decaiga lentamente tras su muerte, hasta caer en el olvido. Este parece ser el caso, difícilmente justificable, del compositor Emile Jonas, que durante varias décadas compartió las carteleras de los teatros parisinos con los más famosos músicos franceses y extranjeros de la segunda mitad del siglo XIX.

Actualmente, aunque no gozan de la fama de las obras de Jacques Offenbach (1819-1880), el monarca absoluto e indiscutible de la ópera bufa durante su época, las operetas de Florimond Ronger (Hervé) (1825-1892) Léo Delibes (1836-1891) y, en menor medida, las de Aristide Hignard (1822-1898) o Isidore Legouix (1834-1916), y algunas de la generación siguiente, Edmond Audran (1842-1901), André Messager (1853-1929), Charles Lecocq (1832-1918), Louis Varney (1844-1908), Robert Planquette (1848-1903) y Claude Terrasse (1867-1923), siguen siendo conocidas y a veces representadas. Las producciones escénicas de operas de Emile Jonas son menos frecuentes. No hay grabación por audio o en DVD. Pero, como vamos a verlo, su producción musical lo merecería ampliamente.

Emile Jonas nació en una familia judía en París el 5 de marzo de 1827. Sabemos muy poca cosas sobre su infancia, sus padres, Simon Jonas y Jeannette Pohl, y su vida privada. Pero sabemos que en 1841, cuando tenia solo 14 anos, el joven Emile entró en el Conservatorio Nacional Superior de Música y esta admitido en la clase de piano y de armonía de Félix le Couppey (1811-1887) y en la de composición de Michel Carafa (1787-1872).

En 1847, ganó el primer precio de armonía del Conservatorio, y esta nombrado profesor asistente de solfeo elemental. En 1849, recibí el prestigioso segundo Precio de Roma del Instituto de Francia para su cantata Antonio. Terminó sus estudios al CNSM en 1850, y el año siguiente, ofrece sus servicios al Consistorio de París, como organista a la sinagoga principal. Fue aceptado por recomendación de Fromental Halévy (1799-1862), el popular compositor de La Juive [La Judía] En aquella época, la sinagoga central de París, la misma en la que unos años antes Isaac Offenbach (1779-1850) había hecho una audición para el puesto de jazan (cantor) y en la que sus hijos Jacques y Jules dirigían el coro, estaba situada en el lugar de la actual sinagoga sefardí de la calle Notre-Dame de Nazaret.

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En 1855, Offenbach transformó el teatro Comte du Passage Choiseul en un lugar de espectáculo diseñado como una miniatura del Théâtre des Italiens, el equivalente a este momento del teatro de la ópera de París. Es así que nacen las legendarias Bouffes Parisiens, que ofrecen piezas de teatro musical con la participación de cuatro cantantes al máximo en cada escena. Al conceder la apertura de este teatro, el Ministro de la Cultura “ha querido recompensar los inteligentes esfuerzos de su joven director, no sólo porque el Bouffes es el teatro de un músico de talento, sino también porque se ha convertido en un verdadero vivero de nuevas promesas. Fue en este teatro de los Bouffes Parisiens donde Emile Jonas presentó su primera ópera, la farsa musical en un acto Le Duel de Benjamin [El Duelo de Benjamin] en octubre de ese mismo año, que fue elogiada por J. Lovy en su revista Le Ménéstrel.

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A partir de entonces, el nombre de Émile Jonas estará siempre ligado al del teatro Bouffes Parisiens y al de su mentor y amigo Jacques Offenbach. En los años siguientes, Offenbach le presentó a los mejores libretistas de su tiempo y produjo otras seis obras suyas, las óperas en un acto La Parade [El desfile] (1856), Le Roi boit [El Rey bebe] (1857), Les Petits Prodiges [Los pequeños prodigiosos] (1857), para las que Offenbach contribuyó con al menos dos números, Job et son chien [Job y su perro] (1863), Le manoir des Larénardière [La mansion de los Larénardière] (1864), Avant la noce [Antes la boda] (1865) y Désiré, sire de Champigny [Désiré, señor de Champigny] (1869). Estas obras se incluyeron en el repertorio teatral y salieron de gira con la compañía Bouffes-Parisiens por Francia y Europa. Otras obras más importantes de Jonas se presentaron en otros teatros.

Durante todo este tiempo, Émile Jonas no descuidó sus actividades de docente. En 1857, fue nombrado profesor permanente de armonía y de composición en el CNSM para los estudiantes militares. Poco después se convirtió en director de música de la Guardia Imperial, donde desarrolló una intensa actividad, componiendo numerosas marchas, fanfarrias y otras obras militares, utilizando preferentemente la variada gama de instrumentos inventados por Adolphe Sax (1814 – 1894), incluyendo una versión mejorada del clarinete bajo, el saxofón, el saxo-trombón y su creación más famosa, el saxofón.

En 1867, Emile Jonas formó parte del comité encargado de organizar los desfiles militares de la Exposición Universal inolvidable inaugurada por Napoleón III y su esposa, la emperatriz Eugenia. La cantante Hortense Schneider visita la Exposición, asumiendo el título de “Gran Duquesa de Gérolstein”, en referencia a su reciente triunfo en la opereta del mismo nombre Offenbach. Jonas es unánimemente elogiado no sólo por sus contribuciones artísticas, sino también por su dedicación y su capacidad de organización. Fue miembro de varios jurados, redactó las reglas de varios concursos y organizó el festival de música de la Exposición, en el que hizo interpretar dos de sus propias creaciones: La Victoire [La Victoria] y Le Diamant [El Diamante], junto a obras de Méhul, Auber, Gluck, Mendelssohn, Wagner, Rossini y Meyerbeer. Ese mismo año, se convirtió en caballero y luego en oficial de la Legión de Honor.

Emile Jonas obtuvo así un reconocimiento muy merecido. Admitido en 1856, fue miembro de no menos de siete juntas directivas de la Sociedad Francesa de Autores y Compositores hasta finales de siglo, acompañado de personalidades como Gounod, Labiche, Sardou y Alexandre Dumas hijo. En una litografía mostrando caricaturas de todos los compositores importantes de su época, lo vemos en primera fila, junto a Offenbach.

Y al igual que Offenbach, Emile Jonas trabajó incansablemente. Desde 1854, es el director musical y director del coro de la sinagoga portuguesa de París, inaugurada en el número 23 de la calle Lamartine en 1851, a pesar de la oposición del Consistorio, que la consideraba un desafío a su autoridad. Sus miembros, procedentes en su mayoría de las comunidades de Burdeos y Bayona, llevaron a París las costumbres y melodías que sus antepasados – descendientes de los anusim (criptojudíos) de España y Portugal – habían seguido desde la Edad Media durante los servicios sinagogales. recueil_de_chants_hebraiques_partition_jonas_redim.jpg

Identificándose a ellos y preocupado por la preservación de su patrimonio musical, Jonas publicó en 1854 una Colección de canciones hebreas para su uso en los templos de rito portugués, que incluía 39 melodías litúrgicas – 24 de las cuales eran composiciones suyas – escritas principalmente para solistas y diversos conjuntos corales, acompañados de órgano y arpa.

Como director musical, Jonas contribuyó de forma decisiva al orden y la solemnidad de los servicios religiosos de la comunidad, cuyas melodías habían sido transformadas y alteradas por las vicisitudes de la historia. Esfuerzos similares han sido realizados por grandes compositores respetados o cantores como Halévy, Naumbourg, Lovy, Sulzer y Lewandowski, para recuperar, recopilar y utilizar la música litúrgica de las sinagogas de origen alemán, pero este tema será tratado en otra ocasión.

En 1886, Jonas publicó una versión ampliada de su antología anterior, bajo el título Recueil de Chants Hébraïques anciens et modernes exécutés au temple de rite Portugais, réunis et composés par Emile Jonas [Selección de Cantos Hebreos antiguos y modernos interpretados al templo del rito Portugués? juntados y compuestos por Emile Jonas], con la adición de ejercicios de canto, recomendaciones para la interpretación, así como ejercicios de entonación y cromatismo. Al mismo tiempo, recopiló en varias publicaciones las melodías utilizadas en los otros templos del Consistorio de París, que están en su mayoría de rito asquenazí. El 9 de septiembre de 1874, durante la inauguración del Templo Consistorial Israélite de París (situado en la calle de la Victoire), se interpretó una pieza musical de Emile Jonas para barítono y coro, basada en el Salmo 130 del rey David, compuesta especialmente para la ocasión.

El mismo año, Emile Jonas publicó un selección de 21 composiciones de diversos autores, utilizadas durante ceremonias de boda de la sinagoga de la Victoria. En 1879, publicó una otra selección de 111 páginas con la música para los servicios religiosos de Shabat y todas las fiestas judías, acompañada de ejercicios de vocalización, recomendaciones generales para su correcta ejecución y las principales medidas a tomar para mantener el orden en el templo.

Durante el Segundo Imperio, París se convirtió en un bullicioso centro industrial, cultural y turístico. Aquí acuden los más grandes artistas y jefes de Estado de todo el mundo, seguidos de sus respectivas cortes. Los hombres de negocios, los nuevos ricos y los aventureros vienen aquí a entretenerse. La industria del entretenimiento está en su apogeo. La demanda es enorme. Los artistas hacen lo que pueden, al igual que Emile Jonas.

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Paralelamente a sus otras actividades, no debemos descuidar su obra teatral. En 1865, su opéra-bouffe Les Deux Arlequins [Los dos Arlequínes] se estrenó en las Fantaisies-Parisiennes y se representó en Londres dos años después. En diciembre de 1867, entre todos sus compromisos y en el clima de locura general que precedió a la catástrofe de 1870, encontró tiempo para escribir Marlbrough s’en va-t-en guerre, una opéra bouffe en cuatro actos y cinco escenas escrita con la complicidad de Georges Bizet, Isidore Legouix y Léo Delibes. Esta obra fue interpretada en el Théâtre de l’Athénée. En 1869, presentó la obra que permanecerá en el catálogo como su más conocida y quizás la que más tiene éxito, la ópera-bouffe en tres actos sobre un libreto de Jules Moinaux, Le Canard à Trois becs [El pato con tres picos].

En 1871, tras la fatídica guerra con Prusia, suceden el asedio de París, el hambre y los problemas de la Comuna. Los teatros están cerrados temporalmente. Cuando volvieron a abrir, el público se hace de esperar. La alegría de antaño ha disminuido. Este año, Emile Jonas presenta en Londres su ópera Javotte (Cinderella the Younger) [Cenicienta la joven], que muchos consideran que tiene un lugar importante entre las obras musicales inspiradas en el cuento de Cenicienta. En los años 1873 y 1874, probó suerte en Viena, donde estrenó dos de sus óperas: Goldchignon y Die Japanesin. En 1882, volvió en la escena parisina con una otra opéra-bouffe en tres actos: La Bonne Aventure [La Buenaventura], sobre un libreto de Hector Crémieux, en el Théâtre de la Renaissance. En 1883, Le premier baiser [El primer beso] esta interpretado al Théâtre des Nouveautés. Algunos años después, publicó en el Magazine des Demoiselles  dos obras que nunca fueron producidas: La princesse Kelebella [La princesa Kelebella] y Miss Robinson [Senorita Robina]. Se le considera como el autor de Estelle et Némourin [Estelle y Némourin] y Le Roi Midas [El Rey Midas], que sólo fueron el objeto de representaciones privadas.

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Emile Jonas murió el 21 de mayo de 1905 en Saint-Germain-en-Laye, en la misma ciudad donde Offenbach, moribundo, dio los últimos retoques a sus Contes d’Hoffmann [Cuentos de Hoffmann] en 1880. Sus restos descansan a la sombra de un frondoso árbol en el cementerio de Montparnasse.

Podemos encontrar en algunas bibliotecas y centros de archivos de diversos países las partituras para piano y voz de casi todas las obras mencionadas aquí, así como algunos libretos dispersos en los lugares más insospechados. Pero ha sido difícil establecer donde estaban las partituras de orquesta. La mayoría de los editores que publicaron estas obras han desaparecido, y los que adquirieron su material no están muy bien informados sobre sus propios fondos. Sólo cabe esperar que estos editores, o posibles coleccionistas privados, o quizás descendientes de la familia, hagan un pequeño esfuerzo, limpien el polvo de sus estanterías y descubran estas partituras olvidadas. Tras una búsqueda intensa, a menudo frustrante y en la mayoría de los casos infructuosa, pude localizar y obtener el material completo para Le Canard à Trois Becs [El pato de tres picos], una obra encomiable y muy entretenida. Hacerla revivir será sin duda un reto.

Hoy en día, aunque se ha puesto de moda resucitar la música olvidada, las óperas bouffe de Emile Jonas aun no han sido rescatadas del olvido. Hasta ahora sólo conocemos unas pocas grabaciones, producidas internacionalmente, de piezas escritas para saxofón y otros cobres, mientras que parte de su producción litúrgica ha sido grabada gracias a los esfuerzos de instituciones judías privadas y difundida de forma limitada. Con la falta de partituras orquestales completas, podríamos al menos grabar una selección de sus obras en la escénicas, canciones y música de cámara, acompañadas de piano.

Emile Jonas no merece estar olvidado.

Basado en la traducción hecha por Hervé Roten del artículo de Jacobo Kaufmann “Emile Jonas (1827-1905), from the Portuguese Synagogue to the Operetta, and from there to the Imperial Guard” [“Emile Jonas (1827-1905), de la Sinagoga Portuguesa a la Opereta, y de ahí a la Guardia Imperial”], publicado originalmente en español en 2009 en la revista de cultura judía Raíces en Madrid, y poco después en inglés en el periódico virtual All about Jewish Theatre, publicada en Israel.

Escuchar la emision de radio con Jacobo Kaufmann Musique synagogale au 19e siècle : Emile Jonas et Jules Erlanger [Música sinagogal durante el siglo XIX: Emile Jonas y Jules Erlanger]

Consultar la biografía de Emile Jonas

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